Rafael Paz / Diana Rojas/ UNAM Global /mayo 31, 2022. “Es muy importante que perros y gatos estén vacunados, por lo que los propietarios y responsables de éstas y otras especies animales deben acudir al veterinario para asesorarse respecto de las vacunas y demás medidas de prevención contra la rabia”: Jorge Francisco Monroy López, del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.
“La rabia es una enfermedad viral que se transmite por contacto directo de la saliva de animales portadores con heridas recién abiertas en la piel de infinidad de especies. Prácticamente todos los animales de sangre caliente podemos padecer la rabia, aunque no necesariamente todos la podemos transmitir”, comentó Monroy López, profesor de tiempo completo de la Facultad de Medicina.
“La transmisión se da principalmente a partir de animales carnívoros y de murciélagos, que son reservorios importantes porque son muy resistentes a la rabia, y prácticamente los únicos responsables de transmitir esta enfermedad al ser humano. La rabia es una zoonosis viral”, añadió el especialista.
El Instituto Mexicano del Seguro Social notificó en abril de este año que un hombre de 41 años, quien residía en el municipio de El Salto, Jalisco, falleció como consecuencia del virus de la rabia, que le fue transmitido por la mordida de un murciélago hematófago. Fue el primer caso fatal de esta enfermedad en más de una década.
Durante 2021, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud, México alcanzó quince años sin registro de casos de rabia humana transmitida por perro, lapso durante el cual se administraron 194.6 millones de dosis de vacunas para combatir la enfermedad.
Estos números subrayan, señaló Monroy López, la importancia de los programas de vacunación en México y el reconocimiento que en 2019 la Organización Mundial de la Salud dio al país como el primero en erradicar la rabia transmitida por perros como un problema de salud pública.
“El perro es el principal transmisor de la rabia en todo el mundo. Históricamente, en México la rabia alcanzó índices muy elevados, llegamos a tener 80 o 90 casos en humanos al año; todavía en las décadas de 1970 y 1980 teníamos esos números. Sin embargo, gracias al esfuerzo de muchos colegas y de muchas personas del sector salud se llevó a cabo un esfuerzo muy importante de campañas de vacunación antirrábica”, comentó el investigador, y agregó:
“Los casos que se llegan a presentar –como el caso de Jalisco en abril– es por mordedura de murciélago hematófago, aunque a veces son de otras especies, como zorrillos y mapaches, animales que también se llegan a enfermar y transmiten el virus, pero como no tenemos tanto contacto con ellos el riesgo es mucho menor; allí se da, no sólo porque los animales tienen rabia, sino porque ocurre en sitios muy alejados de los servicios médicos. No reciben una atención oportuna después de recibir una agresión”.
Síntomas
La rabia es una enfermedad mortal, que en caso de no recibir tratamiento médico ello es importante que ante cualquier señal de su presencia en nuestras mascotas acudamos con un médico veterinario. Los signos para identificarla, apuntó el investigador, son los siguientes:
“Los principales tienen que ver con el cambio de comportamiento, pero si nosotros no sabemos cómo se comporta una especie, es decir, si recogemos un animal silvestre y lo vemos raro, no sabemos si ese comportamiento se debe a una enfermedad, como la rabia, o si se trata simplemente de su comportamiento natural. Aquí lo importante sería saber cómo se comporta el animal”.
“¿Cuáles son susceptibles? Todos los de sangre caliente, hasta las aves se pueden enfermar, aunque no pueden transmitir la rabia. Los carnívoros son los principales transmisores; si alguien tiene como animal de compañía a un carnívoro –esto incluye a los gatos– es muy importante llevarlos a vacunar. La enfermedad puede presentarse de dos maneras: en una, que se conoce como rabia paralítica o pasiva, los animales se quedan como tristes, echados y casi se dejan morir; la otra, la más conocida, es la agresiva. Algunos animales presentan ambos cuadros clínicos”.
“El cuadro clínico agresivo es muy característico porque efectivamente el perro agrede, no lo hace gratuitamente, pero está muy irascible. Justamente por eso se llama rabia, se enojan con mucha facilidad, se notan cambios en la mirada –se empieza a ver perdida, y de hecho las pupilas se ven de diferente tamaño–, el animal está hipersensible a todo el ambiente”.
“Sufre algo que se conoce como hiperestesia, si lo tocan le duele y brinca; también hiperacusia, si oye ruidos fuertes reacciona; fotofobia, si recibe luz huye, procuran estar en lugares encerrados, oscuros, alejados de todo. Ocurre una parálisis de los músculos de la deglución y no pueden beber agua, no pueden pasarla y empiezan a babear, se genera mucha espuma porque están muy resecos y no pueden deglutir, no pueden tragar ni siquiera su saliva”.
El investigador añadió que conforme avanza el cuadro de la enfermedad, los animales rabiosos “pierden por completo la noción de quiénes son, quiénes son sus seres queridos, todos los vínculos y relaciones familiares que tenían desaparecen por completo. Pueden agredir sin compasión a su propio dueño. Finalmente se quedan quietos, temblando y mueren, normalmente de un paro cardiorrespiratorio”.
¿Aumentan los contagios en temporada de calor?
“Sí se presentan más casos en la temporada de calor”, explicó Monroy López, sin embargo, éstos no están relacionado con las altas temperaturas sino con los ciclos de reproducción propios de los perros.
“Se pueden presentar en cualquier época del año. Se vacuna en época de calor porque el virus tiene mayor posibilidad de contagiarse cuando los perros están juntos; tenemos una asociación de la presentación de los celos, del ciclo estral de las perras, con el calor. A mayor luz solar, de forma natural los perros y muchas otras especies tienen su ciclo reproductivo porque es buena época, en cuanto a clima y demás, para que nazcan sus cachorros. No quiere decir que no nazcan cachorros en otra época del año, pero la mayor frecuencia en términos de presentaciones de ciclo estral ocurre justamente en la época que empieza el calor en primavera”.
“Cuando tienen la posibilidad de deambular libremente, forman grandes jaurías detrás de alguna perra, y empiezan a pelearse entre ellos y a establecer jerarquías, como todas las especies animales al pelear por la hembra. En estas peleas, con un perro que tenga la rabia, aunque sea en incubación, la puede transmitir a todos los demás. Se ha visto que la curva de presentación de casos de rabia canina está asociada con la curva de presentación del ciclo estral de las perras. En nuestro país por el clima, tenemos que se da dos veces al año, en primavera y en otoño”.
El especialista insistió “en la importancia de no sólo llevar a los perros a vacunar, siempre debemos seguir la asesoría de un médico veterinario cuando se tenga cualquier tipo de animal –serpientes, tortugas, aves, perros, gatos, caballos, animales de producción, etcétera–. Hay muchas cosas de las cuales debemos protegernos y es bueno tener una convivencia sana con nuestras mascotas, para que ellas estén bien y nosotros también para darles una vida larga y provechosa”.